Un lugar maravilloso, auténtico y con un gusto exquisito en su presentación. Los productos son de extrema calidad, tratados con superior mimo y cuidado. Totalmente originales, y de una pericia artesanal tan increíblemente exótica, y tan bellamente étnica, que nos es desconocida en Occidente. Incluso puedes oler su historia. Parece que ciertos objetos tengan vida propia. Te trasladan a otra época, a otra cultura. A una tierra donde se aprende a amar. Me he llevado una grata sorpresa!
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